El nombre de Bruce está inspirado en el abogado de Spielberg
Una de las anécdotas más fascinantes del rodaje de Tiburón es el problemático "Bruce", el tiburón mecánico que daba vida al villano de la película. Spielberg lo apodó así en honor a su abogado, Bruce Ramer. Lo que inicialmente debía ser el centro visual del terror, terminó siendo una de las mayores frustraciones de Spielberg. El tiburón fallaba continuamente, lo que obligó al director a emplear una técnica basada en el suspenso. El público apenas veía al tiburón, pero lo sentía. Este recurso accidental y práctico resultó ser un acierto, ya que intensificó el miedo y convirtió la sugestión en el verdadero protagonista.
Una banda sonora icónica
Si hay algo que complementa a la perfección el suspenso visual fue la inolvidable banda sonora de John Williams. Su emblemático tema de dos notas, que simula la aproximación del tiburón, es ahora sinónimo de peligro inminente. Es difícil imaginar la película sin esa música escalofriante, y es un testimonio de cómo una simple melodía puede convertirse en un elemento central para generar tensión.
Creación del término “Merchandising”
Esta estrategia se perfeccionará años después con Star Wars, pero Tiburón fue la primera cinta que sacó mercancía especial: camisetas, vasos de plástico, un libro de cómo se hizo, toallas de playa, mantas, disfraces, tiburones de juguete, juegos de mesa, posters, colgantes de dientes de tiburón, pijamas, pistolas de agua y un sin fin de colecciones que hasta hoy en día siguen renovando.
Consecuencias ambientales
El éxito de la película también tuvo consecuencias imprevistas en el mundo real. Tras su estreno, la caza de tiburones aumentó significativamente, debido a que muchas personas comenzaron a verlos como depredadores peligrosos. Steven Spielberg, años después, lamentó públicamente este impacto negativo. Según estudios, la población mundial de tiburones ha disminuido en un 71% desde la década de 1970, lo que pone de manifiesto cómo el miedo generado por la película influyó en la pesca excesiva.
A los tiburones se les cortaba las aletas para que no puedan nadar. (Una práctica cruel que fue furor en aquella época).
¿Sabías que Jaws es una saga compuesta por 4 películas?
El impacto cultural de la película llevó a la producción de tres secuelas. Aunque ninguna logró el impacto de la primera, Tiburón 2 (1978), Tiburón 3 (1983) y Tiburón 4: La venganza (1987) mantuvieron vivo el miedo a las profundidades. Spielberg no participó en estas secuelas, pero el legado de su película original se mantuvo presente.
Hoy, casi cinco décadas después de su estreno, Tiburón sigue siendo una obra maestra atemporal. No sólo redefinió el cine de terror, sino que también demostró el poder del suspenso, la música y la sugestión visual. Además, nos recuerda cómo el cine puede influir en nuestras percepciones del mundo, a veces con consecuencias inesperadas. JAWS es mucho más que una simple película de terror: es un estudio sobre el miedo, el poder del cine y las consecuencias que pueden surgir cuando el arte y la realidad se entrelazan de manera inesperada.